15 de abril, a las 12.00h. | Librería Vino a por Letras. Café y Libros

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Pensamos en García-Alix: «Moriremos mirando». Y vamos más allá: moriremos mirándonos. En realidad, tenemos la sensación de estar habitando únicamente nuestro vórtice, nuestro ombligo. Heliocentrismo 2.0: nosotros somos el Sol. Hemos perdido el interés en los vértices, el verdadero encuentro, ya sea hacia fuera o hacia dentro.

Traemos un Parkour poético, interior y salvaje, ¿por qué? El parkour dicen que es el nuevo arte del desplazamiento y nosotros queremos llevarlo a nuestras vísceras,
nuestro interior. Su lema: ser y durar, precisamente cuando todo hoy en día nace obsolescente y vacío. Ahora todo son impactos. Entro en tu publicación sin ver ni leer
ni saber nada y ya se supone que supone un impacto. Ya cuenta. El mundo como un bar en que no se precisan consumiciones: entrar ya vale: la ebriedad nace del reflejo.

Buscamos espejos. Entrar vacíos para salir aun más vacíos. Por eso, hablamos de un parkour en el desierto, donde solo quepa saltar al vacío de nuestras propias emociones.

Hablamos de abandonar, agrietada e inane, nuestra superficie, y averiguar si tenemos algo que ofrecernos. El parkour refiere al choose not to fall, pero juega con el riesgo estético de la caída.

Por eso, hablamos de catar nuestra propia profundidad. Y un modo de anular todos los impactos externos es vendar nuestros ojos. Apagar la luz. Tener miedo. No saber. Se canceló la imagen, derrocamos la dictadura del color, el filtro (la nueva ropa o uniforme). Hablamos de escuchar y escucharnos. Hablamos del vigor de la palabra. Porque no siempre una imagen vale más que mil palabras, sobre todo hoy en día, cuando la imagen no suele ser real. Somos pequeños, mediocres y onanistas, Scorseses de andar por casa filmando nuestra vida para un público que ni siquiera existe, porque ese público está filmando, a la vez, su propia vida. Un mundo de proyecciones, Warhol y su tacañería, quién quiere quince minutos de fama cuando poseemos el WIFI todopoderoso.

Por eso, hablamos de catar nuestro barro, de escuchar el tic tac de nuestro estómago. Hablamos de desparecer. De caer en el salto y no habitar la dichosa y hueca superficie. De morir para nacer más vivos. De dejar de ser animales con un chip localizador. De evadirnos para encontrarnos.

Y nuestra carne como el más sublime de los actos poéticos.

De eso hablamos.

Recital poético sensorial. Con Pablo Cerezal y Julia Roig

ACCESO
Entrada libre hasta completar aforo

PÚBLICO
Apto para todos los públicos

ESPACIO
Librería Vino a por Letras. Café y Libros. Paseo de María Lejárraga, 3, Getafe